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Obra Pictórica

Tras su etapa de formación, inició su actividad expositiva en Madrid en 1976 (Pequeño Formato). En esos años su pintura fue básicamente de formación, imbuida, como tantos entonces, en las corrientes posmodernas del momento. Pero, a partir de la segunda mitad de los ochenta, su estilo personal comienza a perfilarse; se aleja de la pintura meramente figurativa, el sustrato pop deja paso al punk y se baña de expresionismo y de ironía dadaísta y referencias literarias (Exhibición de Atrocidades, 1984; Mix Media, 1989, Granada).

En la década de los noventa emprende la lucha con el soporte para hacerlo partícipe del sentido y significado de la obra. Los lienzos crecen y el mix y el collage se imponen con la incorporación de variados elementos: lona, papel, chapa, transfers fotográficos… Es el propio soporte el que evoluciona y habla, convirtiéndose en territorio de pruebas (Bocas de la Ciudad, 1993). Aparecen los objetos intervenidos, y todo es ya susceptible de ser empleado en una obra en la que abundan ensamblajes y seriaciones; pieles, chapas metálicas, huesos de animal y maderas rescatadas conviven con el acrílico y el lienzo en unas propuestas a veces directamente escultóricas (El Ojo Frío, 1997; ¿Le gusta este jardín? Serie Jardines, 2002 o E.D.E.N., 2004) que también derivarán hacia la instalación (Los Rebeldes, 1999, Vincent. La Sombra Debida, 2004); ya todo es Luis Costillo, todo es mirada propia y reconocible.